jueves, 8 de agosto de 2013

"No sé qué decir en realidad. Tres minutos para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales. Todo se reduce a hoy. Como equipo. Jugada a jugada, pulgada a pulgada, hasta el final. Ahora estamos en el infierno, caballeros. Creedme. Y, o nos quedamos aquí dejándonos machacar, o luchamos por volver a la luz. Podemos salir del infierno, pulgada a pulgada. Miro alrededor y veo esas jóvenes caras y pienso que la vida es cuestión de pulgadas. Así es el fútbol. Porque en cada juego, la vida o el fútbol, el margen de error es muy pequeño. Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasar. Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a cogerla. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor, están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo. En este equipo luchamos por ese terreno. En este equipo nos dejamos el pellejo, nosotros y cada uno de los demás, por esa pulgada que se gana. Porque cuando sumamos una tras otra; porque sabemos que si sumamos esas pulgadas, eso es lo que va a marcar la puta diferencia entre ganar o perder. Entre vivir o morir. Os diré una cosa: en cada lucha, aquel que va a muerte, es el que gana ese terreno... Porque vivir consiste en eso, las seis pulgadas frente a vuestras caras. Yo no puedo convenceros de que lo hagáis. Tenéis que mirar al que tenéis a vuestro lado, miradle a los ojos. Creo que vais a ver a un tío dispuesto a ganarla con vosotros. Vais a ver a un tío que se sacrificará por este equipo. Porque sabe que, cuando llegue la ocasión, vosotros haréis lo mismo por él. Eso, eso es un equipo, caballeros. Eso es el fútbol, chicos. Eso es todo lo que es. Ahora, ¿qué vais a hacer?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario